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  • Foto del escritorPSICOLOGIA SINENREDOS

¿Cómo se manifiestan los estilos de apego en la infancia y en la adultez?


Antes de ilustrar los tipos de apego es importante señalar que el niño comienza a desarrollar el suyo hacia el final del primer año de vida, este se constituye dependiendo de la respuesta del cuidador ante sus necesidades, si esta es positiva, el menor podrá desarrollar un apego seguro (es decir, sentirá mayor seguridad de explorar su entorno), si, por el contrario, esta es negativa, el infante tendrá un apego inseguro (no se sentirá lo suficientemente protegido como para relacionarse libremente con su entorno). (López y Ramirez, 2017)


Mary Ainsworth identificó tres tipos o estilos de apego:
  • Niños con apego seguro: estos infantes suelen llorar poco (principalmente lo hacen cuando se separan de sus madres) y tienden a sentirse calmados en presencia de estas, les gusta explorar su entorno, expresan sus emociones, son curiosos, organizados y saben pedir ayuda cuando lo necesitan. Sus figuras de apego se caracterizan por ser sensibles y responder oportunamente a sus necesidades (López y Ramirez, 2017; Delgado, 2004 & Garrido-Rojas, 2006)

  • Niños con apego inseguro-evitativo: suelen evitar el contacto con sus figuras de apego, debido a que han sido rechazados en el pasado por estas y utilizan la indiferencia como mecanismo de defensa para evitar la frustración proveniente del hecho de no sentirse protegidos por ellas. Según Ainsworth, su desapego es similar al de niños que enfrentan separaciones dolorosas. Estos infantes suelen ocultar sus sentimientos, distanciarse física y emocionalmente de los demás y rechazar las muestras de afecto. (López y Ramirez, 2017; Delgado, 2004 & Garrido-Rojas, 2006)

  • Niños con apego inseguro-ambivalente: sus figuras de apego se caracterizan por ser sensibles y atentas en ocasiones, y frías y distantes en otras, lo cual genera en el menor inseguridad respecto a la disponibilidad de su cuidador, los niños se muestran angustiados ante la separación, pero cuando se reencuentran con este reaccionan con enojo, resistencia o irritación. Una característica común de las figuras de apego de estos infantes es que suelen interferir en la conducta exploratoria del menor, lo cual impide al niño desarrollar autonomía e independencia. (López y Ramirez, 2017 & Delgado, 2004).

En 1995, la psicóloga Mary Main identificó otro apego inseguro:
  • Desorganizado-Desorientado: suele ser desarrollado por niños con figuras de apego que han sido maltratadoras, abusivas o negligentes. Estos menores actúan de manera imprevisible ante el cuidador principal, ya que pueden llegar a cambiar de estado de ánimo de manera repentina, mostrarse rígidos, temerosos o hacer movimientos poco naturales. Estos infantes muestran la mayor inseguridad y desorientación de los tipos de apego inseguros (Delgado, 2004).

Otro aporte que brindó Mary Main a la teoría del apego fue la creación de un modelo que permite identificar el tipo de apego adulto por medio del relato de su infancia y sus experiencias con su figura de apego. Cabe indicar que el estilo de apego que adquiere el infante en sus primeros años de vida, puede llegar a prevalecer hasta la edad adulta; según algunos estudios, esto ocurre en el 80% de los casos. (López y Ramirez, 2017 & Delgado, 2004).

  • Adultos con apego seguro: se caracterizan por tener buena memoria, relatan con fluidez sus experiencias de la infancia y suelen ser reflexivos y equilibrados. Tienden a ser seguros, confiados, alegres, expresivos, optimistas, pueden enfrentarse adecuadamente a los cambios, saben controlar sus sentimientos negativos y se les facilita encontrar soluciones a los problemas. Tienen pocos síntomas de estrés, ansiedad y depresión. Su mecanismo para regular las emociones consiste en expresar sus sentimientos abiertamente. (López y Ramirez, 2017 & Garrido-Rojas, 2006)

  • Adultos indiferentes (apego inseguro-evitativo): les cuesta recordar sus experiencias infantiles, no le atribuyen relevancia al apego, al pensar en sus figuras de apego suelen dar descripciones frías (no suelen recurrir a los sentimientos para referirse a ellas), les cuesta recordar experiencias junto a ellas, no reflejan abiertamente sentimientos negativos (ya que tienden a no aceptarlos), pero presentan en el fondo ansiedad y hostilidad y suelen mantener un distanciamiento físico y emocional como mecanismo para regular sus emociones, (aunque diversos estudios han demostrado que este es contraproducente para el individuo). (López y Ramirez, 2017 & Garrido-Rojas, 2006)

  • Adultos preocupados (apego inseguro-ambivalente): tienen una tendencia a la rabia, recuerdan con mucho detalle los conflictos con sus figuras de apego, realizan evaluaciones positivas y negativas de estas, suelen tener problemas para expresarse con claridad, son temerosos, tienen baja tolerancia al dolor, tienden a prolongar sus emociones negativas (como rabia, estrés, ansiedad o tristeza), tienen miedo al abandono y desarrollan con frecuencia conflictos internos. Como mecanismo para regular sus emociones entran en un estado hipervigilante y defensivo, reprimen sus emociones, prestan demasiada atención a la fuente de estrés y suelen acceder de manera continua a recuerdos negativos; se ha comprobado que este mecanismo dificulta el desarrollo y la llegada a la madurez del individuo. (López y Ramirez, 2017 & Garrido-Rojas, 2006)

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